lunes, 29 de enero de 2018

¿Qué relación tienen la laca de uñas, un escarabajo y el fuego?

En los últimos años estamos viendo un resurgimiento de la resinación en muchos de nuestros montes. Esta actividad consiste en el aprovechamiento de la resina producida por los pinos. En España el más utilizado es el pino negral o "resinero", de ahí su nombre vulgar. La actividad resinera implica realizar heridas al árbol en su tronco para que el ejemplar intente defenderse de esta agresión externa y como consecuencia empiece a sintetizar productos que impidan la entrada de organismos que puedan atacarlo (hongos, bacterias, insectos). Resulta que el producto defensivo más importante utilizado por los pinos es la resina, de ahí que los humanos podamos aprovecharla con diferentes sistemas ideados para mantener el aprovechamiento, perjudicando lo menos posible al arbolado. La resina es un producto muy apreciado en la industria química con multitud de aplicaciones, desde los cosméticos hasta los pegamentos y pinturas, pero  ¿qué tiene esto que ver con los incendios?  Acompáñame que te lo cuento.


De entre los diferentes sistemas de aprovechamiento de la resina, en España se utiliza la apertura de "caras de resinación". Esto implica el "desroñe" o eliminación de un trozo de corteza del árbol que consiste en una banda de aproximadamente 60-100 cm en una de sus caras, para la posterior "pica", que consiste en la realización de una serie de heridas estrategicamente situadas para que cuando se produzca la emisión de resina, ésta vaya fluyendo hacia un "pote" o bote que se sitúa en la zona inferior de la herida realizada. Para mantener la "herida" abierta y que permita el flujo de resina durante toda la campaña de verano se suele aplicar algún producto abrasivo. Tradicionalmente se ha usado ácido sulfúrico rebajado con agua pero en los últimos años se están proponiendo otros productos menos peligrosos como la formulación ideada por el experto mundial en resina, el brasileño Alex Cunningham @alexcunn, y que por eso es conocida como "pasta brasileña".

Proceso de apertura de la primera cara de resinación e importancia económica de este recurso en el mundo rural

Este aprovechamiento supone un estrés al arbolado que, generalmente, implica una asignación de recursos importantes a la estrategia defensiva (generacion de canales resiníferos y síntesis de resinas defensivas), con lo que otros procesos como el crecimiento y la fructificación se pueden ver afectados. Por tanto, un potencial incendio en un área resinada supone un alto riesgo para la supervivencia de la masa: los árboles presentan heridas expuestas al fuego sin protección de la corteza, emitiendo resina que es altamente inflamable y con un menor banco aéreo para producir una lluvia abundante de semillas después del fuego que permita la regeneración natural. 

Por otro lado, las masas resinadas presentan otro riesgo potencial que hay que tener en cuenta: las plagas. Efectivamente, el aumento de la emisión de compuestos volátiles procedentes de la resina supone un irresistible atrayente para los insectos cuyas larvas se alimentan de madera: los escolítidos. Esta familia del orden de los coleópteros, hacen sus puestas en heridas de los árboles estresados, donde las larvas tienen más posibilidades de encontrar comida, en este caso madera, sin ser atacadas por los productos defensivos emitidos por el árbol, que está dedicando sus recursos a sobrevivir o superar dicho estrés (sequía, incendio, muy altas o bajas temperaturas, enfermedades, vendavales, nieve). Incluso en situaciones extremas donde las condiciones meteorológicas favorezcan la aparición de generaciones acumuladas de estos insectos, podrían atacar árboles sanos "no estresados". De ahí la importancia de realizar correctamente las tareas de resinación que, como casi todas la actividades forestales, se convierte en un "arte" en el que se debe encontrar un equilibrio entre explotar el recurso y mantener la vitalidad de la masa, permitiendo que se pueda enfrentar a posibles perturbaciones como en este caso, la aparición de plagas.


El Ips sexdentatus es uno de los escolítidos más abundantes en la zona centro de la Península Ibérica. Hace sus puestas en heridas abiertas en la corteza y cuando eclosionan las larvas se alimentan de la madera cercana a los tejidos vivos (bajo la corteza), afectando significativamente a la vitalidad del ejemplar y pudiendo causar su muerte.

Masa de pinar afectada por plaga de escolítido Fuente

Y llegamos al meollo de esta entrada ¿qué papel podría jugar el fuego en este trinomio resina-plagas-incendios? El fuego, como hemos comentado en numerosas entradas, puede ser "bueno" si lo usamos con inteligencia, destreza y un poco de arte. En este caso, los fuegos de baja intensidad aplicados bajo una ventana de "prescripción", denominados "quemas prescritas" podrían cumplir una triple función en estas masa resinadas ANTES de la apertura de las caras de resinación: disminuimos el combustible fino muerto con el consiguiente menor peligro de incendios intensos, mejoramos el acceso a los resineros y...¡estresamos un poquito al arbolado! Efectivamente. En masas que se pretende resinar, una quema prescrita podría promover la producción de resinas defensivas, lo que podría mejorar la producción en los primeros años ¿descabellado? Pues eso es precisamente lo que nos propusieron en el Servicio de Medio Ambiente de Soria. Con ocasión de unas quemas experimentales en la provincia organizadas en 2014 y 2015 por el MAPAMA y TRAGSA, ejecutadas por BRIF-Lubia y con el asesoramientos del CIF-Lourizán y el INIA, los técnicos de la zona nos plantearon esta cuestión. Nos pareció una idea de un interesante recorrido y contactamos con Aida Rodríguez @aida_rgvaldes, una investigadora de Montes-UPM que acababa de terminar la tesis y es especialista en el estudio de la respuesta de los pinos a la resinación mediante el análisis de la anatomía de la madera. A su vez, el servicio de plagas de la provincia tenía una extensa experiencia en el seguimiento y control de escolítidos mediante trampeo y captura, con lo que contamos con su colaboración, en concreto con la inestimable ayuda de Pedro Molinero, agente forestal de la zona, que se encargó de la colocación y recogida de las muestras en las trampas de insectos.



Pinar de pino resinero tratado mediante quema prescrita (arriba), zona de estrés en tronco (centro)
y resinación tras la quema (abajo)

Los resultados preliminares de esta experiencia los podéis consultar en las actas del 7º Congreso Forestal Español cuyos enlaces os dejo al final del post. No puedo entrar en mucho detalle porque estamos pendientes de publicar algunos de estos resultados en revistas científicas, pero ya en el #7CFE adelantamos que las quemas fueron un tratamiento menos estresante que la propia resinación, que aumentó la apertura de canal resinífero (los conductos por donde el árbol canaliza la resina) pero que, al menos hasta ahora, no parece que haga aumentar la producción respecto a masas no tratadas con quema prescrita. Además, no hemos encontrado un aumento de la presencia de escolítidos respecto a otras masas de la provincia, con lo que debemos suponer que la quema no ha sido un tratamiento que afecte significativamente al estado sanitario del arbolado. Aunque quede pendiente por demostrar su posible efecto sobre la producción de resina, al menos se ha conseguido disminuir el peligro de incendios en estas masas tan vulnerables y mejorar el tránsito de los resineros. Hemos demostrado el efecto en dos de los tres objetivos perseguidos con las quemas y en los próximos años evaluaremos el tercer efecto que más pueda interesar a los resineros (el aumento de la producción) y cuyos beneficios potenciales lo diferenciaría significativamente del desbroce mecanizado.

Comunicación oral al #7CFE donde se describe la experiencia de seguimiento de escolítidos en parcelas experimentales de quemas prescritas en colaboración con el Servicio Territorial de Medio Ambiente de Soria.

Por tanto cuando uséis cosméticos, pegatinas o pintura, pensad que en parte se han obtenido de resinas naturales que actualmente son una alternativa digna para gran parte de nuestros pueblos en grave riesgo de despoblación. Pero, para que este tratamiento sea sostenible en el tiempo, debemos intensificar la protección frente al fuego ya que las condiciones de nuestros montes no son las de antaño. Así, aunque provincias como Soria no presentan muchos incendios porque el uso del fuego no es habitual entre la población, han ocurrido incendios importantes como el de Matamala de Almazán en el año 2000 o en Burgo de Osma en 2015 que advierten sobre la vulnerabilidad de estos pinares que actualmente están entrando en su mayoría en resinación debido al tirón comercial de este producto en los últimos años. No descartemos el uso del fuego de manera preventiva en estas áreas, habida cuenta que se han mostrado muy adaptadas a estos fuegos de baja intensidad. Gestión e investigación unidas para resolver un problema mediante un apoyo mutuo. Así debería ser siempre.

Para saber más podeís consultar los enlaces #7CFE:






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